Soy músico, me siento músico, especializado en la diversidad, aunque finalmente he encontrado una música impregnada de espiritualidad, el Gospel, que colma mis inquietudes musicales y personales.
El gospel es una herramienta perfecta para expresar emociones y conectarse con uno mismo, para conectarse con los demás y con el universo. Su fuerza reside en la universalidad de su mensaje que va más allá de lo estrictamente musical para entrar en el terreno de las emociones humanas más ancestrales.
Personas de cualquier procedencia o creencia, conectan desde la voz y, por tanto, desde el corazón, fundiéndose en una unidad desde la diversidad, formando parte de algo maravilloso, sin perder su propia identidad, su propia voz.
Todos mis proyectos, todos mis sueños musicales se nutren ahora del bagaje adquirido a lo largo de años, en las raíces de las “black church” de América, Europa y África, para luego evolucionar hacia mi propia vivencia donde se manifiesta de manera intensa, visceral, cercana, natural y sincera mi pasión por el Gospel y todo el bagaje musical y espiritual que conlleva.
Mi deseo es acercar el Gospel a todo el mundo, ayudar a impregnarse de su mensaje universal, a asumir el papel imprescindible de la música en nuestras vidas, no sólo como consumidores pasivos sino como elementos 100% activos.
A través de todas mis actividades te invito a vivir en primera persona y en común, la alegría, la energía y el amor sencillo que se genera desde gospel, donde todos y cada uno de nosotros somos tan importantes como el colectivo del que formamos parte.
“Cuando estoy en el escenario me olvido de todo lo que no sea lo que está sucediendo en ese preciso instante, lo vivo como una larga, maravillosa y atenta meditación que genera de manera natural un estado de absoluta conexión interior y exterior”.
De estudiante de medicina, a músico autodidacta
Empecé en serio a los 21 años tras tres años de estudiar medicina, aunque ya desde muy joven había manifestado mi pasión por la música Mi familia no deseaba que siguiera ese camino así que su ayuda fue nula.
Eso me obligó desde muy pronto a ser autosuficiente y, tras sobrevivir con esporádicos y variados trabajos fuera del ámbito musical empecé a hacer bolos de baile básicamente impulsado por mis enormes ganas de ser profesional, y así, empezando desde cero, y con muy poca formación, me fui abriendo camino y aprendiendo todo aquello que se ponía a mi alcance ya fuera una rumba, un pasodoble, el repertorio de un cantautor, algo de jazz, algo latino, lo que fuera… Mi ilusión en aquel momento era conseguir vivir de la música, fuera del estilo que fuera.
De freelance a mis propios proyectos
Tras unos cuantos años de aprendizaje sobre el terreno y acompañando a gente tan diversa como Dyango, Raimon, Lucrecia, Dagoll Dagom, Els Comediants y un largo etc, empecé a interesarme por la música negra y concretamente por el jazz lo que me dio alas para empezar a buscar mi propio lenguaje.
La casualidad o la causalidad me condujeron a formar parte de un grupo tan carismático en los 90 como la Vella Dixieland, donde di un paso determinante en mi desarrollo musical: pasé de ser acompañante a ser “artista”, situación que daba mayor visibilidad a lo que tocaba y cómo lo tocaba. Esos años fueron cruciales en mi formación y me lanzaron de lleno a empezar a plasmar mis propias inquietudes creativas. En esa época nacieron mis primeros proyectos personales como mi propio Jazz Trío y la Barcelona Big Latin Band, aún en activo, junto con otras propuestas más allá del Gospel que he ido desarrollando a lo largo del tiempo.
Primeros pasos en el Gospel
Al final de mi época con la Vella Dixieland, realizamos una gira y un disco con la cantante afroamericana originaria de New York, Michelle McCain, que me propuso al acabar la gira si me interesaría ser el director musical de su nuevo proyecto de blues y soul. Acepté sin dudarlo, era mi primera gran oportunidad de trabajar y aprender de alguien que me enseñaría de primera mano el sonido que andaba buscando de pleno en ese momento.
¡La propuesta de Michelle apareció en el momento adecuado!
Tras dos años de realizar diversas giras, algunas de ellas accidentadas, con su blues project, me propuso montar un nuevo proyecto inspirado en el Gospel y ahí, sí que se abrió un universo musical y personal. De muy pequeño, mi padre, gran aficionado a la música negra, me había llevado a ver algún concierto de Gospel, no recuerdo dónde, pero sí recuerdo, la tremenda impresión que me produjo, a pesar de mi corta edad… sus voces, el ritmo, las armonías, aún ahora puedo evocarlo. La propuesta de Michelle, sin saberlo en ese momento, me conectó con una parte escondida de mi niñez y fue ¡determinante para todo lo que vendría después! ¡Se habían abierto las puertas del futuro!
Pionero del gospel
Los pocos músicos que estábamos interesados en el Gospel a principios de este siglo, íbamos aprendiendo de donde podíamos y como podíamos, no había tradición, no había información y avanzábamos a ciegas, pero llenos de entusiasmo y pasión por una música que nos iba cautivando más y más.
Tras las giras con Michelle (1996/97) y más adelante, con Mónica Green (1998/99), fundé mi primer coro en Manresa en enero del 2000, Esclat Gospel Singers y, casi sin querer, aparecieron los primeros conciertos. En un par de años nos convertimos en portavoces de algo nuevo que hasta entonces sólo se podía escuchar en las contadas ocasiones que nos visitaban coros afroamericanos.
El interés del público creció rápidamente y con él, el interés de grupos de personas para formar nuevos coros. Esto me llevó sin ningún plan previo, a fundar unos 25 coros entre el 2000 y el 2007, fruto del entusiasmo de los grupos través haber vivido un taller inicial, y formar la Xarxa Gospel de Catalunya que los aglutinaba a todos bajo la misma idea musical y vivencial.
A partir del 2008 el crecimiento fue vertiginoso: empecé a dar infinidad de talleres, primero en el entorno más cercano y luego en el resto del país, Europa e incluso, África; fundé Messengers, el primer coro profesional de Gospel en Catalunya, fundé Goizargi Gospel Choir, el primer coro profesional de Gospel en Euskadi, abrí dos escuelas especializadas en Gospel, una en Barcelona y otra en Euskadi; organizamos con Esclat Gospel Singers el Campus Gospel Rajadell que lleva ya 15 ediciones, y con un equipo más amplio, pusimos en marcha la primera edición del One Heart Festival, el primer festival Internacional de Gospel de Barcelona, con su segunda edición ya en preparación.
Al mismo tiempo empecé a viajar y a colaborar con grandes nombres del Gospel Internacional como Bazil Meade, Donald Lawrence, Isaac Cates, Trey Mclaughlin, Lurine Cato o Daniel Thomas, e iniciar una intensa labor de conexión con los coros y directores europeos que me llevará en 2020 a Firenza, Sardignia, Hull, Galway y Copenhagen con el claro objetivo de compartir vivencias y experiencias más allá del hecho puramente musical, dando visibilidad a un gran mensaje de unidad con el Gospel y la música como lenguajes universales inclusivos.